Como algunos de vosotros probablemente no me conozcáis, este primer artículo de Mi Bitácora casi que debería dedicarlo en su totalidad explicando como surgió la idea de Ajedrez Pedagógico, pero como no quiero aburriros tanto, hablaré también del que espero que sea un bonito proyecto que empiezo la próxima semana, y que he titulado «como llegar a todos los papás, mamás y rincones del mundo».
Cuando mi hija tenía 4 años, y vi que estaba algo retrasada en clase, empecé a preocuparme de que la niña empezara a suponer que el lugar que le debía corresponder era de las últimas de la clase, pues había otros chicos más inteligentes. Y lo peor, que esto lo pudiera trasladar a otros ámbitos de su vida en el futuro. Estas primeras etapas son importantísimas ya que es donde ellos empiezan a ubicarse.
Tenía una gran inseguridad al leer, cosa normal por otra parte, por la edad, pero también
probablemente porque quizás en clase o nosotros mismos no estuviéramos haciendo lo suficiente o al menos de la forma correcta. El tema era el lugar que ella estaba empezando a suponer le correspondía en clase, de las últimas. Esto lo arreglé en 15 o 20 días, ya que tan sólo necesitaba algo de seguridad y confianza en sí misma. En ese tiempo, potenciándola como persona, y sin apenas leer, ya estaba entre las primeras de la clase y con gran confianza y autoestima dentro del grupo. Por lo tanto ya estaba todo resuelto. O eso creía. Sólo era un problema de confianza.
Pero esto había que fortalecerlo, seguro que se podría hacer mucho más, manteniendo ese interés y motivación en el tiempo y no dar lugar a que de nuevo la niña se retrasara en el futuro. Así que tras leer muchos artículos,tesis y algún que otro libro decidimos considerar el ajedrez como herramienta pedagógica para ella.
Así que, junto con mi pareja, psicóloga de profesión y directora de un centro para personas con distintos tipos de demencia, buscamos un monitor de ajedrez para ella, pero ninguno nos terminaba de convencer. Eramos conscientes de que la mejor actividad que pueden realizar los niños para potenciar sin duda sus grandes cualidades era el ajedrez pero el grado de desencanto, desmotivación, y la presión que veíamos se ejercía a los niños, hacía que al cabo de los años estos abandonaran casi en su totalidad el ajedrez. Veías a los niños en clase y no eran felices. Y esto lo consideramos un problema. El ajedrez puede tener los mejores efectos sobre el desarrollo cognitivo de los niños pero siempre en manos de
monitores adecuados. Porque también tiene inconvenientes, como estábamos empezando a descubrir.
Así que decidí leer, informarme y de alguna forma convertirme en el monitor de ajedrez que no encontré para mi hija.
Ahora, dados los resultados que estamos viendo en ella, me gustaría que todo aquello que aprendí pueda ser útil y compartirlo con otros padres en situación similar. Y sobre todo que ahorren tiempo y energía en cosas que no sirven para nada, y que aún peor pueden ayudar al niño a que acabe por dejarlo desmotivado. Este mundo, he podido ver estos meses que está lleno de intereses económicos, y que hay personas dispuestas a hacer casi que cualquier cosa, usando en ocasiones a los propios niños, para supropio lucro personal. Hay muchos monitores que no son padres, ni se han metido en esto para ayudar a nadie, al menos los que mi pareja y yo pudimos ver, y esto, creédme tiene un efecto directo en los
niños.
El resto de monitores, los que si tienen la debida formación para enseñar y educar a niños, que nos escriben y nos han orientado y servido de ejemplo estos años, hacen una labor sencillamente impagable. A todos ellos gracias de parte mía y de mi familia.
En cuanto a mis proyectos inmediatos, a comienzos de la próxima semana publicaré en mi página www.ajedrezpedagogico.com, el primer artículo sobre ajedrez traducido en 103 idiomas, y con un público potencial de más de 1.000 millones de personas. El tema espero pueda ser de lo más útil sobre todo en aquellas zonas de África, Asia..donde tan importante labor pedagógica están realizando, y con tan pocos medios, en ocasiones llegando a jugarse su propia vida. No tienen acceso a esta información en su idioma natal, o en otros casos es muy limitada, y el objetivo principal es paliar en la medida de lo posible esto.
Por otra parte, si todo va bien, y antes de diciembre tengo aunque sea un mes para ponerme al día y practicar algo de ajedrez, mi niña y yo acudiremos a nuestro primer torneo juntos. El resultado es lo de menos, pero eso ella ya lo sabe. Cuando acaba de jugar nunca le pregunto si ha ganado o perdido, sólo si se lo ha pasado bien. En realidad el concepto de ganar o demostrar ser más que otra persona para ella no existe, no sólo en ajedrez, sino en cualquier ámbito. Esa la idea.
Un fuerte abrazo, Jerónimo Martínez!!